Cómo pasar de un sitio a otro

viernes, 5 de junio de 2015

Cuando se proyecta (una vivienda) casi inevitablemente se necesita separar varios espacios o zonas, y como es lógico hay que pasar de uno a otro. Resulta inmediato colocar una puerta, pero en cada proyecto se dan situaciones diversas en las que no sólo interviene el color o el material de la misma, sino que tenemos que pensar mucho más a fondo sobre cómo se pasa de un espacio al otro y viceversa. 

En algunas ocasiones se necesita que este paso no se vea (por ejemplo un aseo, baño o almacén), por lo que hay que recurrir a puertas escamoteables u ocultas. Esto se consigue gracias a que la forma de la puerta y de los herrajes permiten que queden totalmente enrasadas con la pared. 
Otra forma de ocultar una puerta es llenándola de contenido o utilizándola para algo más que el paso. Por ejemplo, mediante una estantería. 




También ocurre que la puerta no tenga por qué ocultarse, sino todo lo contrario. Entonces tiene que destacar y formar parte del espacio donde esté. Aquí juegan un papel importante el tamaño, la forma, el sistema de apertura y el material. 
Podemos utilizar puertas correderas que tengan un tamaño mayor que el hueco, o con una forma curva para aprovechar el espacio. Pueden ser pivotantes (giran centradas y no hacia un lado) o totalmente acrisoladas, permitiendo que la luz pase de un espacio al otro y si es necesario, que se pueda ver. 




El caso más completo es que ocurran las dos opciones anteriores a la vez, es decir, nos encontramos con un espacio con varias puertas que deben estar integradas, pero a la vez forman un elemento concreto que necesitamos resaltar. Aquí se juega con la simultaneidad y los diferentes usos a los que dan acceso. 


¿Qué os parecen las formas para delimitar espacios que nos proponen CM4 Arquitectos en este post? 

Publicar un comentario

@fashion_south Instagram

© Fashion South. A Rebranding of Albañomaría.